Friday, September 30, 2011

LO QUE AUN CALLAMOS LAS MUJERES





















Mag. Yeni Castro Peña.


La frase “Lo que callamos las mujeres” evoca una popular serie mejicana donde algunas damas ocupan sus horas de ocio; sin embargo, cuántas de nosotras hemos hecho una reflexión en torno a nuestras vidas y sobre aquello que callamos, que en algún momento hemos temido y nos ha avergonzado o atemorizado.
La sociedad latina acostumbra a usar el ya conocido refrán “Dios perdona el pecado pero no el escándalo”, lo cual hace que muchas mujeres que han sido mancilladas y son maltratadas y abusadas, se vean obligadas a callar, debido a que la información que la sociedad difunde obliga a que los sectores más acomodados cuiden a manera de centinelas sus vidas privadas(1) . Pero, en un país que es el estandarte de la equidad con el actual gobierno, ¿cuál es o ha sido la posición de las autoridades?, ¿Acaso se comportan de manera igual ofreciendo ayuda legal a la mujer que no tiene ningún recurso y también a aquella que, al parecer, lo tiene pero no puede disponer del mismo por presión familiar pero desea presentar su queja de maltrato?.
En el Perú, por la experiencia tenida con las organizaciones feministas(2) , éstas solo pueden ayudar a aquellas mujeres iletradas, las otras de la manera que sea deben conseguir un abogado para defenderse, lo cual las ubica en una posición vulnerable frente a sus agresores afectando así no solamente su salud sexual sino su salud mental. Esto último nos conduce a meditar un poco en torno a los suicidios de mujeres y a los homicidios de varones llevados a cabo por sus parejas, quienes al no tener manera de escapar de sus agresores solo pudieron escoger la senda del asesinato; así como cuán funcionales y poco politizadas deben ser las organizaciones femeninas para defender a cualquier mujer.
En realidad este asunto, en el caso peruano y en el latinoamericano se complejiza, debido al machismo aún existente en nuestras sociedades. La violencia es ejercida mayormente por parte del varón que seguro de no ser acusado realiza toda clase de desafueros debido a que su víctima no solamente es mujer sino también madre. Frente a tal situación, muchas féminas han optado por el “mutatis mutandis”, debido a la carga familiar que poseen y es en ese instante donde se convierten en objeto del chantaje masculino ¿si no haces lo que te digo, no te doy para nuestro hijo?, muchas por temor social, otras por desconocimiento callan y siguen viviendo en el infierno de ser obligadas sexualmente, manchadas en su dignidad porque no solamente son mujeres son sobretodo madres.
Aquella mujer maltratada físicamente a través de golpes; psicológicamente, cuando el varón obliga a que ella no labore, la intimida, se burla, la amenaza con quitarle a sus hijos; o, sexualmente, cuando el macho haciendo uso de su poder la fuerza a que ella tenga una relación sexual sin ella desearlo, o cuando la obliga a no usar métodos anticonceptivos, la mujer calla y asiente, pero las heridas van quedando en su alma (3). Lo preocupante del asunto, es que ella no puede ser modelo para sus hijos, quienes vivirán en ese ambiente de violencia y con el tiempo optarán por conductas agresivas. No solo se trata de tener un Ministerio de la Mujer en nuestros países sino plantearnos la interrogante: ¿Y que estamos haciendo nosotras mujeres por nuestro gènero?.
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1.Efraìn Gonzàles Olarte y Pilar Gavilano Llosa, “Pobreza y Violencia domèstica contra la mujer en Lima metropolitana”, Documento de trabajo Nº 94, Lima, IEP, p. 4. Puede encontrarse también vía electrónica en: http: //www.iep.org.pe/Textos.
2.“Flora Tristán” y “Manuela Ramos”, cuentan con asesoría legal, pueden brindar un consejo pero si se necesita que se siga un proceso contra un abusador de mujeres, muestran su incapacidad de representarlas y no se involucran debido a que no es su función.
3.Efraìn Gonzàles Olarte y Pilar Gavilano Llosa, Op. Cit., p. 10-11.