Sunday, September 10, 2006

ENTRE MACHOS, MACHISTAS, MENTECATOS Y TIRANOS: ALGUNAS REFLEXIONES HISTÓRICAS Y OTRAS SOBRE NUESTRA SOCIEDAD.


Mag. YENI CASTRO PEÑA.

Un ejemplo sui generis de que polos opuestos no se atraen es nuestro país: el Perú. En casi todos los niveles académicos encontramos que la combinación macho pseudo inteligente y mujer inteligente, causa un corto circuito y nos preguntamos ¿por qué?. Al parecer, lo que debería complementarse se repele, la explicación es muy sencilla y guarda una relación directa con la raíz de todos los males, el “machismo” aún existente en todos los ámbitos de nuestro país.[1]
Cuando la mujer comenzó a luchar por sus derechos hacia el siglo XIX, sabía que sería una pelea dura y desgastante, aunque no siempre tomó en cuenta que su enemigo era su propio género, gran parte del grupo femenino es machista. Nosotras somos las responsables de parir machos e inculcar en esas mentes que deberían buscar la integración hombre mujer, se promueve la exclusión, que es inclusión cuando se trata de satisfacer un instinto primario ósea sexual en ese momento el hombre incluye a la mujer y la excluye si de igualdad de genero se trata en el ámbito profesional.
Sin lugar a dudas, no debemos soslayar que la autoconciencia femenina se manifestó en los países de lengua inglesa, a principios del siglo XIX, lo cual significaba la búsqueda de la mujer por una identidad. En el caso francés, pese a tener a una George Sand, ella jamás llegó a reclamar la igualdad política pero si se quejó de la actitud despreciativa de los hombres de su tiempo hacia el sexo considerado bello en general.
Y si en el tiempo seguimos, un Flaubert , autor de “Madame Bovary”, pensaba que la mujer era para todos los hombres una “bóveda de piernas que se abre hacia el infinito; puede que ésta no sea una actitud muy elevada, pero es fundamental para el varón”.[2]
La historia nos ha demostrado que quien inculca la educación al hombre desde que es un recién nacido, es la mujer, por ende nosotras somos las responsables de la existencia de machos, machistas que se vuelven mentecatos y pecan de tiranos. Si las mujeres dejásemos de inculcar esa forma de pensar y de actuar que solo explica el retraso y la ignominia en que vivimos, podríamos hablar de una verdadera equidad de genero, a las niñas no se les mandaría a lavar los trastes en tanto a los niños a jugar con sus soldaditos. En todo caso si una mujer es machista y tiene pensado engendrar un fruto del machismo, que considere la existencia de los anticonceptivos o la visita a un psiquiatra para que cambie sus pautas de transmisión cultural a sus hijos.
La larga lucha, terminó siendo una victoria pirrica, ahora tenemos que trabajar en oficinas o en universidades y al rematar el día o desde muy temprano dejar programado las labores del hogar, el hombre como siempre gana. Actualmente, somos acusadas de feministas pero quienes reclaman su lugar en la historia como agentes de la revolución industrial son los machos; sin embargo, si ellos hubiesen dado lo justo a la mujer, no se hubiesen desatado los reclamos por un mejor trato, su tiranía dio marcha a un largo proceso de lucha.
Tiranía que no ha acabado, el acoso sexual en el trabajo pues aquellos que se creen tan machos hacen alarde de esto rodean a la mujer de un clima caluroso para hacer sentir segura a su presa y cuando lo logran saltan como lo que son animales. Y cualquier feminista diría hombres, pero una mujer profesional meditaría ¿cómo fue que llegaron ahí?.
Si bien es cierto si hay machos con mayúsculas y demuestran que lo son no por creer ser o por hacer alarde de ser unos sementales sino porque son hombres pero también caballeros, no basta tener un pene para ser macho, eso que en muchos de ellos es pequeño y por eso necesitan demostrar su hombría valiéndose de asueros y artimañas; se necesita de inteligencia, audacia, valentia para poder ir sobre sus instintos tan animales y poder ver bien a una mujer.
Si bien es cierto todas merecen respeto, unas se lo ganan por su trabajo intelectual y otras lo disfrutan con su trabajo debajo de las sabanas. En muchas instituciones, la mujer profesional es mal tratada y avergonzada que insulto para la sociedad, si soy machista asevero que no lo soy, trato de ser consecuente, no siempre lo logro pero respeto tanto a un hombre profesional como a una mujer profesional, pero mas a una mujer y madre profesional pues hizo un gran trabajo, pero en general admiro a la mujer que cree en su país y trabaja desde cada rincón de nuestro país desde la más humilde hasta la mas culta, pues esta haciendo que su país crezca y menosprecio a aquella que espera trabajar lo menos posible y ganar lo máximo pues es una perdida para nuestro país.
Finalmente, la mujer termina siendo víctima de lo que fomentó, pero el asunto es aún más grave no solo es la mujer sino son las mujeres que necesitamos tomar conciencia del rol decisivo y fundamental en el hogar, sólo así como mujer no será atacada, como amante no será censurada y como amiga no será acallada.
El hombre machista es ya un mentecato movido por un eudemonismo carnal innato, que hace que divida a las mujeres entre buenas y malas, tan simple y sencillo sin considerar la complejidad de la naturaleza humana, he ahí la manera en como pasan a ser mentecatos, incapaces de comprender la realidad y fáciles de seducir frente a cualquier encanto muy material y carnal.
La explicación de su comportamiento, nosotras, si analizamos las representaciones culturales, el hombre es la figura fuerte, estas delimitaciones culturales, delimitan identidades colectivas a través de imágenes, y diversos simbolismos que o solo enuncian diferencias sino que las confirman e inducen a prácticas sociales.
Mi Perú pobre es así, pero quienes lo permiten?, aquellos machistas que creen que manejan situaciones y no son mas que pobres mentecatos que se convierten en tiranos presos de sus pasiones, dejando de crecer intelectualmente pues privilegian el crecimiento de su órgano viril solo por unos instantes, soslayando el crecimiento mas importante que es el humano y pierden oportunidades de ayudar a diversos sectores sociales. y no tienen ni remordimientos de conciencia cuando van a rogar a Dios pues ellos saben bien: "a Dios rogando y con el mazo dando".


[1] Medítese en torno a publicación a la cantidad de mujeres ocupando cargos académicos en comparación con la de varones.
[2] Cita tomada de Amaury de Riencourt, “La mujer y el poder en la historia”, Caracas: Monte Avila Editores, 1977,p. 546.
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Yeni Castro Peña es Magíster en Estudios Latinoamericanos graduada en la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Quito. Estudió historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha realizado una especialización en Educación Superior y enfoque Ciencia, Tecnología y Sociedad, y otra en Gestión y desarrollo de proyectos de investigación. Es investigadora nombrada por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia y realiza diversos proyectos de investigación relacionados con la historia de la ciencia y la tecnología. Actualmente ha incursionado en estudios de género.
e-mail: castro.y@pucp.edu.pe

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